sábado, 12 de noviembre de 2011

Un aniversario ignorado: el bicentenario de la fundación del Museo de Pinturas de Valencia (1812-2012)


El próximo año se cumplirá el bicentenario de la fundación del Museo de Pinturas de Valencia, antecedente inmediato del actual Museo de Bellas Artes de Valencia, fundado por el mariscal Louis-Gabriel Suchet en 1812. Es una efemérides que no debería pasar inadvertida por el ser el punto de partida de nuestro actual Museo de Bellas Artes, pero desgraciadamente mucho me temo que este aniversario pasará al olvido, aunque por nuestra parte pondremos todo el empeño para que esto no suceda.

Louis Gabriel Suchet (1770-1826), comandante en jefe del ejercito imperial de Aragón, mariscal de Francia y futuro duque de la Albufera, tomó la ciudad de Valencia el 9 de enero de 1812, aunque no fue hasta el 14 del mismo mes cuando entró triunfante en la ciudad. Ese mismo día -junto a otras corporaciones de la ciudad- recibió a una representación de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, cuyas aulas en la antigua Universidad habían resultado seriamente dañadas por la artillería. En esa reunión Suchet, de carácter conciliador e ilustrado, les manifestó su deseo de proteger a la institución académica y de crear un Museo de Pinturas que sirviera de progreso e instrucción a los estudiantes de Bellas Artes.

La Academia ya contaba desde su fundación en 1768 con una pequeña colección artística de alrededor de unas 200 piezas, colgadas en las aulas y algunos salones sin ninguna intención museística y destinada fundamentalmente a la formación y ejercicio de los alumnos, que resultó notablemente mermada por el asedio francés. El único gabinete de antigüedades con cierta entidad que hubo en Valencia fue el formado por el benemérito arzobispo Andrés Mayoral (1685-1769), situado en una galería de nueva planta construida por el maestro de obras José Herrero en el propio palacio arzobispal en paralelo a la calle Avellanas. Desafortunadamente parte del palacio y el citado gabinete fueron igualmente destruidos por la artillería napoleónica en la toma de la ciudad.

El 22 de enero de 1812, festividad de San Vicente Mártir, Suchet proclamó en Valencia el decreto de 18 de agosto de 1809 por el que se suprimieron todas las órdenes religiosas. El Barón de Lacuée, intendente general y la Junta de la Real Academia de San Carlos, determinaron que una comisión encabezada por el pintor y académico Vicente López junto con el intendente Rodier, seleccionaran las pinturas y objetos artísticos que formarían el “Museo de Arte”. El 29 de enero llegaron a la sede de la Academia, alojada en el Estudi General, los primeros cuadros procedentes de los conventos de Santo Domingo, Santa Catalina de Siena y los Trinitarios Descalzos. Pronto se dieron cuenta que los salones y aulas de la institución eran insuficientes, por lo que una comisión barajó la posibilidad de trasladar el museo a la Real Casa Enseñanza o al Convento de Santa María de Montesa, pero la propuesta no prosperó a tenor del decreto de 14 de mayo de 1812 que dispuso la reparación del viejo edificio de la Universidad para tal fin.

La institución museística tan solo perduró dos años, concretamente hasta el 23 de enero de 1814, momento en que fueron devueltas las obras de arte requisadas, tras el restablecimiento de las órdenes religiosas por el gobierno de Fernando VII. No obstante, los regulares determinaron en agradecimiento por el empeño de la Academia en el cuidado de sus obras de arte, la entrega de cinco cuadros con destino a la instrucción de los estudiantes. Tras la desamortización de Mendizábal en 1836, los cuadros volverán al cuidado de la Academia, pero en este caso en el Convento del Carmen Calzado.

El gobierno de Suchet, paternalista y moderado, no solo creo el primer “Museo” con la acepción moderna del término en Valencia, también inició las reformas urbanas que dieron lugar al Parterre, la Glorieta o la reordenación del Paseo de la Alameda. Su programa reformista, propio del despotismo benevolente, encontró notable eco en los círculos de ilustrados de la ciudad y su marcha en julio de 1813, sentida hasta cierto punto en algunos corrillos liberales, dará paso al arbitrario gobierno absolutista del general Javier Elio.

Creo que en la celebración de este bicentenario, sería un buen momento para la reflexión crítica del pasado, presente y futuro del Museo de Bellas Artes de Valencia, aunque nuestras instituciones no son muy dadas al debate y a la confrontación de ideas. Espero que no me de tilden de afrancesado…

No hay comentarios:

Publicar un comentario