sábado, 5 de noviembre de 2011

Centro del Carmen, ahora o nunca



Conforme pasa el tiempo, se hace más evidente que el Museo de Bellas Artes de Valencia está abocado a ser una institución con dos sedes: el Centro de San Pío V y el Centro del Carmen, como sucede con otros prestigiosos museos que han resuelto de esta forma su apremiante falta de espacio. Este es el caso del Museo Nacional del Prado en curso de ampliación hacia el Casón y el claustro de los Jerónimos o el Museo Metropolitano de Nueva York, extendido en The Cloisters o el Museo del Louvre en el Hôtel de Cluny. En todos estos casos el desdoblamiento fue una forma valiente de resolver los problemas de espacio y reordenar las colecciones.

La falta de nuevos ámbitos expositivos del Museo de Bellas Artes es un problema ancestral que no ha sido resuelto convenientemente y será especialmente tangible a partir del próximo mes de octubre cuando se integre la donación Orts-Bosch en la colección permanente del centro. Tampoco debemos olvidar que en los almacenes de San Pío V permanece una buena parte de la importante colección de escultura del museo, con algunas piezas de gran formato sumamente significativas, como es el caso del mausoleo de Joselito, modelo en yeso de Mariano Benlliure.

Muchos han sido los cambios de rumbo que se han producido en el desamortizado convento del Carmen y erráticos algunos de sus fundamentos museográficos, hasta desembocar en el fallido "Museo del siglo XIX". Una idea equívocamente denominada con puntos interesantes pero mal formulada y peor resuelta jurídicamente, ya que las colecciones estatales del museo y algunos legados son difícilmente divisibles en una nueva institución. La falta de convicción en este nuevo museo, que nunca ha tenido presupuesto consignado, viene determinada por las circunstancias políticas en que fue nombrado su comisionado. Resulta descabellado que en este proceso se obvie al director del museo, la persona que mejor conoce el acervo de la institución y quien debe llevar las riendas en todo proceso de reordenación de las colecciones.

El Centro del Carmen, la sede histórica del Museo de Bellas Artes entre los años 1839 y 1946, es el espacio idóneo para albergar las importantes colecciones del museo que abarcan del Romanticismo hasta las Vanguardias, es decir, el arte de la segunda mitad del siglo XIX y XX, con artistas tan significativos como Francisco Domingo, Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, Antonio Muñoz Degraín o Mariano Benlliure, que constituyen el eje de un momento álgido del arte valenciano con un notable peso especifico en el panorama nacional. El Centro de San Pío V continuaría albergando las colecciones del Gótico al Neoclasicismo, el grueso de las colecciones del museo, junto con la pequeña colección arqueológica.

Mientras se termina la rehabilitación del Carmen, cuestión que debería ser prioritaria en cualquier agenda política, es necesario que se consume la división de las colecciones y se dediquen nuevos espacios a la colección permanente del centro, lo cual no es incompatible con la programación de exposiciones temporales, que en el futuro deberían ser más coherentes con las colecciones del museo. Ello permitiría tener al Centro del Carmen abierto permanente y no durante los periodos en que transcurre una exposición temporal. Una vez más la reformulación jurídica del Museo de Bellas Artes de Valencia es una cuestión urgente que no puede esperar más tiempo y es la clase política la que debe dar respuesta.

Publicado en Levante-emv, 30/06/2006, p. 4

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